Hay un ejercicio que me gusta proponer a mis amigos que son lectores asiduos: sálganse de los géneros que acostumbran leer y busquen textos que sean diametralmente opuestos ¿por qué? Porque hallarán un abanico amplio de autores nuevos y formas de escritura que, independientemente de que lleguen a gustarles o no, los harán descubrir otros horizontes de la literatura y encuentrarán cierta frescura al regreso al género recurrente.
En mi caso, lo fantástico, la ciencia ficción y otras denominaciones son esos géneros de escape y la lista de títulos y autores que lograron atraparme es bastante más amplia que lo que me hubiese imaginado unos años atrás.
Algo que nunca pensé que tendría en mi librero es una muestra de la literatura weird de manufactura nacional, esta llegó con “Nadie encontrará mis huesos” (Paraíso Perdido, 2020) de Enrique Urbina.
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Antes de entrar de lleno a comentar este ejemplar de cuentos, me gustaría aterrizar una definición del género (ya saben, la fuerza de la costumbre) y esta que encontré en la Gaceta UNAM me pareció muy atinada: “New Weird es un género literario mediante el cual se cuestiona lo que se ha denominado realidad a partir de la creación de relatos que coquetean con el horror, lo mágico y el inconsciente de la psique humana.”
Ahora bien, en “Nadie encontrará mis huesos”, Enrique mezcla el formato tradicional de los cuentos de hadas con el dinamismo de los videojuegos. Entremezcla personajes cotidianos con seres fantásticos, brinca de un paisaje conocido a ambientes post-apocalípticos, crea escenarios que se vuelven personajes. Las plantas, los árboles, el bosque son elementos constantes en sus cuentos, pero no necesariamente los encajona como eco-ficciones.
Sin pretensiones, el autor juega con el lenguaje, se arriesga a crear (en algunos de los textos) uno propio para sus personajes. Olvídense de solemnidades y formas rebuscadas en estos cuentos, su objetivo es entretener al lector, a veces asustarlo o causarle repulsión, involuntariamente llega a generar cierta reflexión, pero no son fábulas, no moralizan.
Muy atinado me resulta la inclusión de “Raíces”, un cuento que anteriormente había sido publicado por Paraíso Perdido en formato plaquette. Y el que sea el texto que cierre el ejemplar abona al ritmo que entramos durante su lectura. Mención aparte la maravillosa (¿macabra?) ilustración de portada de la artista Aleksandra Waliszewska.
Puedes conseguir tu ejemplar en digital o físico en la tienda en línea de Editorial Paraíso Perdido.
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Sobre el autor
Enrique Urbina |
Enrique Urbina (Ciudad de México, 1993) es egresado de la licenciatura en Literatura Latinoamérica por la IBERO. Escribe poesía y narrativa, es articulista y editor. Ha colaborado con diferentes publicaciones tanto impresas como digitales.
Ha publicado también “Raíces” (Paraíso Perdido, 2016) y “Aquí el silencio no descansa” (Dharma Books, 2018). Es un fanático de los videojuegos y practica Kendo.
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